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Metas demasiado ambiciosas, a veces se tornan en montañas inalcanzables. Por ello, será preferible ponerse metas por etapas, más alcanzables. Ello no significa continuismo, sino todo lo contrario, innovación, perfeccionamiento y mayor atractividad.
En un equipo de montañismo existe un jefe de expedición y guía, necesario para alcanzar la cumbre, pero para lograr el objetivo, se requiere un equipo. Al proceso de cambio constante al cual está y estará expuesta nuestra asociación, deberemos lograr un equipo directivo, técnico y participativo de los asociados actuales y futuros, identificando las fortalezas individuales de directivos, entrenadores, ex-jugadores/as y todos quienes quieran y puedan aportar a tareas bien acotadas. El trabajo en equipo será el motor que nos lleve a nuevas cimas.
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